jueves, 24 de septiembre de 2015

Orígen mitológico de la Guerra de Troya (Juicio de Paris)

El origen de la Guerra de Troya es una disputa divina.
Tetis (Diosa) decide casarse con un mortal (Peleo) (padres de Aquiles). A la boda invitan a todos los Dioses menos a Eris (discordia), ya que fue excluida del festín, desterrada como estaba del Olimpo por causa de las continuas disputas y trastornos que entre los dioses promovía, por miedo a que tuviera otra disputa en un día tan especial.
Esto molestó bastante a Eris, por lo que para vengarse decidió grabar en una manzana de oro: 'Para la más bella' y la lanzó dentro del banquete. Y fue así que se inició una pelea para decidir quién era la dueña de la manzana. Finalmente, quedan como candidatas:
-Hera, esposa de Zeus.
-Atenea, hija de Zeus, Diosa de Atenas.
-Afrodita, Diosa del amor.
Entonces, decidieron preguntarle a Zeus, y éste les envía a preguntarle a un pastor llamado Paris (diferente del esposo de la boda), hijo del Rey Príamo.
Las Diosas le sobornan con relaciones sexuales y con dinero.
Además, Hera le ofreció el reino de Ásia, Atenea, la sabiduría y Afrodita, la mano de la mujer más guapa de Grecia, que él escogería.
Afrodita fue la elegida por el príncipe troyano y en medio de los aplausos del Olimpo obtuvo el premio de la belleza.
{Cuadro de Rubens}

Fue así que cuando Afrodita cumplió con su palabra y consiguió para Paris los amores de Helena de Esparta, y deciden huir de Esparta.
[Anteriormente, Helena había decidido casarse y tuvo 99 pretendientes, para que no hubiese una gran disputa entre ellos, Ulises da la idea de que hagan un juramento de que siempre defenderán a Helena fuese quién fuese el elegido]

Al huir de Esparta, todos los pretendientes van a atacar a Paris para defender a Helena y así comienza la Guerra de Troya.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Mito de Laocoonte

En la Guerra de Troya el ejército aqueo(griego) y el ejército troyano (Troya) estaban enfrentados. En medio de la guerra apareció en la entrada de Ilión un caballo de madera.

Entonces Laocoonte expresa su opinión diciendo que podría ser una trampa del ejército aqueo y no un regalo para traer la paz como parecía ser y sugiere no aceptarlo. Él expresó que la trampa podría tratarse de que dentro del caballo hubiesen tropas aqueas y propuso quemarlo con su famosa frase: "temo a los griegos hasta cuando llegan con regalos". Pero nadie le hizo caso, el resto de gente pensaba que era una ofrenda al Dios Neptuno con el fin de tener vientos favorables. Laocoonte decide entonces lanzar dos lanzas en llamas contra el caballo para comprobar si su teoría era cierta. 

[Diez años antes, cuando los griegos desembarcaron en Tróade, los troyanos habían matado a su sacerdote de Neptuno, acusándolo de no haber hecho sacrificios que agradasen al Dios. Ahora le pedían a Laocoonte que ocupase el lugar del sacerdote muerto, por eso debería ofrecer sacrificios al señor de los mares (Neptuno) para agradecerle su participación en la partida de los invasores. 
Laocoonte aceptó la designación.] 

En ese momento emergen de las aguas dos grandes serpiertes que atacan a los hijos de Laocoonte estrangulandoles con el fin de ahogarlos y devorarlos. Él corre a salvarlos pero finalmente muere, del mismo modo que sus hijos. 


Todos los ciudadanos pensaron que fue un castigo por no aceptar el regalo a Neptuno y decidieron aceptar el caballo de madera.
Al llegar la noche, el caballo fu metido al interior de las murallas, donde saldrían todas las tropas del ejército aqueo y destruirían la ciudad. 

lunes, 21 de septiembre de 2015

Información extra sobre Laocoonte

La más famosa interpretación literaria de la leyenda de Laocoonte se encuentra en la Eneida de Virgilio. 
La representación artística más conocida es una escultura de mármol del sacerdote y sus hijos estrangulados por las serpientes, conocida como Laocoonte y sus hijos, data del siglo I a.C.Y se encuentra en el Vaticano, en Roma.Su autor es Miguel Ángel.

Aunque también hay otras representaciones como la del Greco, también se encuentra en el Vaticano. La curiosidad de esta pintura es que al fondo de la escena podemos apreciar un paisaje de Toledo, y no de Troya como se creía, pues según la tradición fue fundada por dos  descendientes de los troyanos Telamón y Bruto.

domingo, 20 de septiembre de 2015

Textos Literarios sobre Laocoonte

Ví con angustia a la élite guerrera
Dejar caer las armas de sus manos,
Y precavió mi voz a mis hermanos
De aceptar el caballo de madera. (referencia a la advertencia)
En su entraña yacían a la espera
Los griegos que juzgábamos lejanos;
Mas fueron todos mis esfuerzos vanos,
Y Troya se lanzó a su propia hoguera.(Quedó destruida)
Tres veces escuché la sacudida
De las armas, y alcé mi voz al viento;
Y se perdió mi grito en el clamor. (murió)
Un dios airado me arrancó la vida, (Neptuno)
Uniendo mis dos hijos al tormento:
Este, sin duda, fue el mayor dolor.
Los Angeles, 27 de Agosto de 1997 
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Entonces otro espectáculo más imponente y mucho más terrible se ofrece a los míseros troyanos y turba sus corazones desprevenidos. Laocoonte, designado por sorteo sacerdote de Neptuno, se encontraba sacrificando ante los altares en los que se celebran solemnes sacrificios un toro de gran tamaño. He aquí que desde Ténedos, a través de la tranquila superficie del mar, (me horrorizo al narrarlo) dos serpientes se tienden con inmensos anillos sobre el piélago y a un tiempo se dirigen a la orilla. Sus pechos erguidos en medio del oleaje y sus crestas sanguíneas sobresalen por encima de las olas, el resto de su cuerpo por detrás recorre el mar y enroscándose arquea sus inmensos lomos. En las aguas espumeantes se produce un chapoteo. Y ya habían alcanzado la ribera y con sus ojos ardientes inyectados de sangre y fuego lamían con sus lenguas vibrantes sus silbantes bocas. Ante aquella visión huimos exangües. Ellas, siguiendo una trayectoria fija, se dirigen a Laocoonte; y primero ambas serpientes rodeando los pequeños cuerpos de sus dos hijos se enroscan y devoran con su mordisco sus míseros miembros; a continuación se apoderan del propio Laocoonte, que acude precipitadamente en ayuda de aquéllos con las flechas en la mano, y le sujetan describiendo enormes roscas; después de rodear dos veces su cuerpo por la mitad y de enroscar por dos veces en torno a su cuello sus espaldas cubiertas de escamas, sus cabezas y sus enhiestas cervices sobresalen por encima. El intenta desgarrar con las manos sus nudos; sus cintas sagradas están impregnadas de baba y negro veneno; al mismo tiempo alza hasta los cielos unos gritos horribles semejantes a los mugidos que lanza un toro cuando herido huye del altar y sacude con su cuello el hacha que no ha sido certera. Las dos serpientes deslizándose huyen hacia el templo situado en lo alto, tratan de llegar a la ciudadela de la cruel Tritonia y se refugian bajo los pies de la diosa y bajo el orbe de su escudo.
Virgilio: "Muerte de Laocoonte"